Ni en este monte, este aire, ni este río
corre fiera, vuela ave, pece nada,
de quien con atención no sea escuchada
la triste voz del triste llanto mío;
y aunque en la fuerza sea del estío
al viento mi querella encomendada,
cuando a cada cual de ellos más le agrada
fresca cueva, árbol verde, arroyo frío,
a compasión movidos de mi llanto
dejan la sombra, el ramo y la hondura,
cual ya por escuchar el dulce canto
de aquel que, de Estrimón* en la espesura,
los suspendía cien mil veces. ¡Tanto
puede mi mal, y pudo su dulzura!
* Estrimón: Dios - Rio en la mitología Griega!!!
sábado, 3 de septiembre de 2011
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