lunes, 19 de septiembre de 2011
Carta de Roberto Arlt a su amante Ivonne - 1937
Queridísima amiga, auténtica y querida amiga. Por fin solo, para poder
charlar con usted. Pensaba en usted, aunque éste no es el término que
debo emplear; en realidad seguía en su compañía. Me he apresurado a
meterme en la cama y desde la cama le escribo, un codo sobre la
almohada, la cara sobre la mano y un bulto de carillas. Cómo podríamos
llamar a esto que ocurre entre nosotros? Felicidad o predestinación?
Ocurre que estamos juntos y nos comunicamos nuestras experiencias con
una jovialidad natural de criaturas que han vivido juntas años y años.
Ningún embarazo frente a nada. Ningún temor de lo que el otro pueda
pensar de uno. Las cosas tienen sus nombres y por sus nombres las
llamamos, y no se da caso semejante de que la coincidencia de las
situaciones haya provocado la coincidencia de caracteres. No me canso de
pensar en mi buena suerte. Soy realmente un hombre afortunado.
Afortunado por haber encontrado a mi par.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario