Apuro sediento tu tierno gemido,
tu intimidad que me embriaga
y ardiente, la lengua del dulce deseo,
pasión cuyo vino no sacia.
Pero corta con ese relato,
oculta, calla tu sueño:
su llama que quema yo temo,
tengo miedo de saber tu secreto.
1828
martes, 25 de octubre de 2011
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UN poema que estimula todos los sentidos, no hay nada como esas sensaciones que te estimulan y te hacen desar a tu pareja, saludos
ResponderEliminarGracias por comentar Auto Hoteles, Un abrazo!
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